El Principado de Asturias, como su propio slogan indica, es un paraíso natural para los amantes de las actividades al aire libres, con infinidad de rutas de senderismo y cicloturismo. En este contexto, pocas rutas ofrecen una experiencia tan espectacular como la Senda del Oso, uno de los lugares más icónicos de esta provincia. Este recorrido, antiguo trazado de una vía férrea minera, se ha convertido en una de las rutas más emblemáticas para hacer, perfecta para descubrir paisajes de montaña, desfiladeros y una fauna única.
La Senda del Oso es apta para todos los niveles y edades, lo que la convierte en una excelente opción para familias, parejas y aventureros. De esta forma, con pendientes suaves y caminos bien acondicionados, es adecuada tanto para ciclistas experimentados como para quienes buscan una ruta sencilla para disfrutar del entorno. Además, la posibilidad de alquilar bicicletas en diferentes puntos facilita la planificación del recorrido, con empresas como TeverAstur, con más de 15 años de experiencia en la zona promocionando y promoviendo esta clase de experiencias de turismo activo. En este artículo, exploraremos todo lo necesario para disfrutar al máximo de la Senda del Oso en bicicleta, desde su historia y paisajes hasta consejos prácticos para el recorrido.
Una ruta para toda la familia – Fácil, segura y con paisajes espectaculares
Uno de los grandes atractivos de la Senda del Oso en bici es su accesibilidad para ciclistas de todas las edades. A diferencia de otras rutas de montaña con desniveles pronunciados, este recorrido es mayormente llano, lo que permite disfrutar del paisaje sin grandes esfuerzos. La opción que propone la empresa TeverAstur es el descenso de la Senda del Oso, gracias al transporte lanzadera que incorpora con el alquiler. Este transporte lanzadera sale desde la parte baja de la ruta, con horario regular y puntual durante toda la tarde, para regresar al punto de inicio de la ruta, Entrago, una vez se ha finalizado el recorrido. Además, al contar con diferentes recorridos, es posible optar por rutas de mayor o menor longitud según el nivel de dificultad deseado:

- La opción de Entrago-Buyera suele ser la más recomendada para aquellos que buscan un recorrido suave, con un descenso cómodo y sencillo, con un recorrido de unos 16 kilómetros que suele completarse en 2-3 horas.
- Por otro lado, una opción de mayor dificultad es la que comienza en Entrago, terminando también en Buyera, pero, con paso por el embalse de Valdemurio. Este recorrido aumenta la distancia recorrdia hasta los 26 kilómetros, lo que suele implicar unas 3-4 horas de tiempo.
- Por último, la opción más larga amplia el recorrido, comenzando y terminando en los mismos lugares. En este caso, tras ascender al embalse de Valdemurio, se continua hasta Santa Maria, con un total de 46 kilómetros de recorrido, y, unas 5-6 horas de tiempo. Esta ruta requiere de una buena condición física, al haber varios tramos de ascensión.
Historia y transformación – De vía férrea a ruta cicloturista
Lo que hoy conocemos como la Senda del Oso fue en su origen una vía férrea minera que transportaba carbón y hierro desde las minas de Quirós y Teverga hasta Trubia. Durante años, este ferrocarril fue una parte fundamental de la economía asturiana, pero con el cierre de las minas en los años 60, la línea ferroviaria quedó en desuso. En la década de los 90, se decidió recuperar este trazado como una vía verde, convirtiéndolo en un recorrido cicloturista y peatonal que permitiera a locales y visitantes disfrutar del impresionante entorno natural del valle de Trubia.
Gracias a esta iniciativa, hoy en día la Senda del Oso es una de las rutas más populares de Asturias y un modelo de conservación y reutilización del patrimonio industrial. El recorrido conserva varios túneles y puentes originales, lo que añade un toque de historia al trayecto. Cruzar estos túneles oscuros y frescos en bicicleta es una experiencia emocionante, especialmente para los niños.
Consejos prácticos para recorrer la Senda del Oso en bicicleta
Con el objetivo de disfrutar al máximo de la experiencia es recomendable planificar el recorrido con antelación. El alquiler de bicicletas es una opción muy cómoda, ya que las empresas de turismo activo de la zona ofrecen bicicletas de montaña e incluso remolques para niños o mascotas para hacer la ruta. Además, tal y como hemos visto, algunos servicios incluyen un servicio de lanzadera para llegar a un punto con la bicicleta, evitando así el trayecto de ida.
En cualquier caso, es fundamental llevar ropa cómoda, agua y algo de comida, ya que aunque hay zonas de descanso y bares en algunos puntos, es importante estar preparado por lo que pueda pasar. Durante el recorrido, se atraviesan túneles y zonas boscosas, por lo que una chaqueta ligera y una linterna pueden ser útiles, especialmente en días nublados o con poca luz.
Paradas y atractivos de la ruta

Uno de los grandes atractivos de la Senda del Oso es que, además de su belleza natural, ofrece varios puntos de interés donde merece la pena detenerse. El más famoso es el cercado de los osos pardos, donde Paca y Molina han encontrado un refugio seguro. Esta parada es especialmente emocionante para los más pequeños, que pueden observar de cerca a estos animales. Este recinto fue creado en 1996 para las hermanas Paca y Tola, dos jóvenes osas que fueron salvadas por el Gobierno de Asturias. Con el paso de los años, y, tras la muerte de Tola, la llegada de Molina se produjo tras su rescate tras despeñarse en el monte.
Otro punto de interés es el desfiladero de Peñas Juntas, un llamativo paso natural donde la ruta se estrecha entre altas paredes de roca. Pedalear por este tramo es una experiencia única, con vistas espectaculares y un entorno completamente natural. Además, a lo largo del camino hay varios pueblos, como Proaza y Villanueva, donde se pueden encontrar restaurantes y bares que ofrecen comida tradicional asturiana. De esta forma, terminar la experiencia con un culín de sidra y un buen cachopo es una excelente manera de cerrar la jornada de ciclismo con el mejor sabor de Asturias.