Asturias es un destino perfecto durante cualquier época del año, pero, Asturias en invierno es única, al combinar paisajes espectaculares con una gran variedad de actividades. En este sentido, Asturias ofrece las montañas nevadas de los Picos de Europa, la costa salvaje del Cantábrico, la gastronomía tradicional de sus pueblos e infinidad de experiencias de turismo activo. Esta región promete actividades únicas para quienes buscan aventura, tranquilidad o conexión con la naturaleza en los meses más fríos del año.
El invierno asturiano no solo se caracteriza por sus temperaturas frescas, sino también por sus paisajes transformados. Las cumbres nevadas, los bosques cubiertos de escarcha y los ríos llenos de agua crean escenarios de postal perfectos para realizar rutas de senderismo, practicar deportes de nieve o simplemente disfrutar de un entorno que parece sacado de un cuento mágico. Además, las tradiciones locales y la gastronomía añaden un valor especial a cualquier escapada.
De esta forma, alojarse en un hotel 4 estrellas en Asturias en un entorno rural cerca de ciudades como Oviedo o Gijón permite encontrar planes para disfrutar de Asturias en invierno. El hotel Centro Deportivo de Las Caldas by Blau Hotels es un claro ejemplo de ello, al situarse en un lugar perfecto para moverse por el Principado, a la par que contar con aguas termales de gran renombre. En este artículo, exploraremos varios planes para vivir el invierno en Asturias.
Esquiar en las estaciones de invierno asturianas

Para los amantes de los deportes de invierno, Asturias cuenta con dos estaciones de esquí que ofrecen excelentes condiciones para disfrutar de la nieve. Valgrande-Pajares, ubicada en el concejo de Lena, es una de las estaciones más antiguas de España y cuenta con una amplia oferta de pistas para todos los niveles. Por otro lado, Fuentes de Invierno, situada en Aller, es una opción más moderna y con servicios de gran calidad.
Ambas estaciones ofrecen la posibilidad de practicar esquí alpino, snowboard y realizar rutas de esquí de travesía, además de contar con escuelas para quienes desean iniciarse en estos deportes. Sus instalaciones están adaptadas para familias, grupos de amigos y esquiadores experimentados que buscan un desafío en la nieve.
Ruta invernal por los Picos de Europa

El invierno es una de las mejores épocas para descubrir la belleza de los Picos de Europa, cuando las montañas nevadas ofrecen un espectáculo visual impresionante. Aunque algunas rutas pueden ser más exigentes debido a la nieve, existen opciones accesibles para todos los niveles. Una de las rutas más recomendadas es la ruta del Cares, que, aunque más popular en otras estaciones, en invierno ofrece una experiencia distinta con paisajes más tranquilos y menos turistas.
Otra opción es la ruta de los lagos en los lagos de Covadonga, un lugar que se cubre de nieve y se convierte en un escenario de cuento. De esta manera, una excursión invernal hasta los lagos de Covadonga, con una parada en la basílica y en l santuario de Covadonga es una actividad que hacer en Asturias en invierno. Para los más aventureros, el ascenso a Bulnes, uno de los pueblos más aislados de España, es una experiencia única que hacer en invierno.
Pueblos en un ambiente invernal

Asturias ofrece un sinfín de pueblos que, en invierno, se visten de un encanto especial. Tanto las pequeñas localidades de montaña como las villas costeras ofrecen un refugio perfecto para quienes buscan desconectar del ajetreo diario y disfrutar de la tranquilidad. Uno de los pueblos más recomendados es Cangas de Onís, conocido por su puente romano y por su proximidad a los Picos de Europa. Durante el invierno, las calles y los edificios históricos se ven realzados por la atmósfera fría y acogedora de esta estación. Para quienes prefieren la costa, Luarca o Cudillero son opciones perfectas. Sus puertos pesqueros, la brisa marina y el ambiente relajado los convierten en destinos perfectos para pasear y disfrutar de la gastronomía asturiana.
Termalismo en aguas naturales para combatir el frío

Nada mejor que sumergirse en aguas termales cuando las temperaturas son frías. En Asturias, hay varias opciones para disfrutar de baños termales, una experiencia relajante que combina salud y placer. El Centro Deportivo de Las Caldas by Blau Hotels, cerca de Oviedo, es una de las opciones más famosas. Este complejo cuenta con aguas termales naturales con propiedades curativas y una piscina exterior donde se puede disfrutar del contraste entre el agua caliente y el aire frío del invierno.
Para una experiencia más rústica, los manantiales naturales de la Fuente de la Salud en Belmonte de Miranda ofrecen aguas con beneficios terapéuticos en un entorno más salvaje. Tomarse un baño en aguas termales en invierno es una experiencia revitalizante que ayuda a combatir el frío, relajar los músculos y disfrutar de la naturaleza desde otra perspectiva.
Experiencia gastronómica en una sidrería tradicional

El invierno es el momento perfecto para disfrutar de la gastronomía asturiana en su máximo esplendor. Y no hay mejor manera de hacerlo que visitando una sidrería tradicional, donde se puede degustar sidra natural acompañada de los mejores platos de la región. En lugares como Villaviciosa, Nava o Gijón, las sidrerías ofrecen un ambiente acogedor, con chimeneas y un trato cercano que hace sentir a los visitantes como en casa. En invierno, además de la tradicional fabada asturiana, se pueden probar especialidades como el cachopo, los quesos asturianos y pescados frescos del Cantábrico.
El ritual del escanciado de la sidra es una experiencia en sí misma. Esta bebida, servida en pequeñas cantidades para potenciar su sabor, se disfruta mejor en compañía, ya sea en una comida o en una cena. Este plan es perfecto para quienes buscan una inmersión cultural y gastronómica en Asturias sin necesidad de hacer actividades físicas exigentes.
Observación de fauna en invierno

Asturias es un lugar privilegiado para la observación de fauna salvaje en invierno, cuando muchos animales están más activos y el paisaje nevado permite verlos con mayor claridad. La región es el hogar de especies emblemáticas como el oso pardo cantábrico, los ciervos y las águilas reales, que pueden avistarse en distintas zonas protegidas.
Uno de los mejores lugares para ver fauna en invierno es la Reserva Natural de Muniellos, donde es posible encontrar rastros de osos en su hábitat natural. Otra opción es el Parque Natural de Somiedo, un enclave perfecto para observar ciervos y aves rapaces sobrevolando los cielos. Para los amantes de la fotografía, los paisajes nevados y la fauna en libertad crean una oportunidad única para capturar imágenes espectaculares. Además, en algunas zonas se organizan rutas guiadas para avistar animales de manera segura y respetuosa con el entorno.