Viajar a Tailandia es mucho más que recorrer templos y disfrutar de playas paradisíaca, es adentrarse en una cultura milenaria, llena de sabores exóticos y paisajes que parecen sacados de una postal. Sin embargo, para aprovechar al máximo todo lo que este país tiene para ofrecer, es recomendable contar con el apoyo de una agencia especializada como Mundo Nómada, la mejor agencia para viajar a Tailandia. En este sentido, conocer el destino no solo implica saber dónde ir, sino también cuándo, cómo y en qué condiciones hacerlo, especialmente en un país con climas variables y una oferta tan diversa.
Las agencias como Mundo Nómada en Tailandia ofrecen itinerarios adaptados a los gustos del viajero, con rutas culturales, circuitos por la selva, escapadas a playas idílicas o experiencias espirituales. Además, se encargan de toda la logística, con traslados hasta las reservas en hoteles y excursiones, lo que permite disfrutar del viaje sin estrés. De esta forma, asesoran sobre normas locales, gastronomía y medidas de seguridad, algo esencial cuando se visita un país tan diferente. Preparar el viaje con profesionales permite no perderse nada, ya que, Tailandia es un destino amplio, con opciones tanto para quienes viajan por primera vez como para quienes regresan buscando nuevas aventuras. Para ello, también hemos preparado este artículo, en el que veremos varios lugares imprescindibles del país que, sin duda, merecen estar en cualquier itinerario.
Bangkok

La capital tailandesa es el punto de entrada para la mayoría de los viajeros, una ciudad que atrapa con su mezcla de tradición y modernidad. En Bangkok conviven rascacielos con templos centenarios, mercados flotantes con centros comerciales gigantes, y comida callejera con alta gastronomía. Uno de sus mayores atractivos es el Gran Palacio, residencia oficial de los reyes de Tailandia, así como el templo Wat Phra Kaew, donde se encuentra el Buda Esmeralda.
De igual forma, explorar Bangkok implica recorrer también el Wat Arun al atardecer, navegar por el río Chao Phraya, perderse en el bullicioso mercado Chatuchak y visitar la calle Khao San, un ícono para los mochileros. Para quienes desean una experiencia más tranquila, existen opciones como los paseos en barco o las cenas en tejados con vistas panorámicas de la ciudad iluminada. A pesar de su ritmo acelerado, la ciudad tiene rincones que invitan a la contemplación y la espiritualidad.
Chiang Mai

Chiang Mai, ubicada en el norte del país, es el tesoro cultural más importante de Tailandia. Esta ciudad, rodeada de montañas y naturaleza, es conocida por sus más de 300 templos, entre los que destaca el Wat Phra That Doi Suthep, que domina la ciudad desde lo alto y ofrece vistas espectaculares de la zona. La ciudad fue la capital del antiguo Reino de Lanna, lo que se refleja en su arquitectura, sus tradiciones y su gastronomía típica del norte.
Chiang Mai también es el punto de partida para excursiones hacia reservas naturales y santuarios de elefantes éticos, donde es posible interactuar con estos animales sin prácticas abusivas. Además, su entorno es perfecto para los amantes del trekking y las visitas a comunidades rurales, donde se puede conocer el estilo de vida de las tribus del norte. Las actividades combinan aventura con conexión cultural, algo que atrae a viajeros conscientes de todo el mundo. Asimismo, no se puede hablar de Chiang Mai sin mencionar sus famosos mercados nocturnos, como el Sunday Night Market, donde se encuentran artesanías locales, ropa, decoración y una gran variedad de platos típicos.
Ayutthaya

Ayutthaya, situada a poco más de una hora de Bangkok, es una ciudad histórica que fue capital del Reino de Siam entre los siglos XIV y XVIII. En la actualidad es un sitio arqueológico declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Las ruinas de antiguos templos y palacios narran el esplendor de una ciudad que fue uno de los centros comerciales más importantes de Asia antes de ser destruida por los birmanos en 1767.
De esta forma, recorrer Ayutthaya en bicicleta es una de las alternativas más recomendadas. El parque histórico abarca varias islas entre ríos y canales, con monumentos como Wat Mahathat, donde la cabeza de un Buda emerge de las raíces de un árbol, o Wat Chaiwatthanaram, un templo que recuerda la grandeza arquitectónica del pasado siamés. Cada rincón evoca un pasado que sigue impresionando a quienes lo visitan.
Islas Phi Phi

Las islas Phi Phi, en el mar de Andamán, son probablemente el destino más fotografiado de Tailandia. Estas islas, con aguas turquesa, acantilados de piedra caliza y playas de arena blanca, son el epítome del paraíso tropical. La isla principal, Koh Phi Phi Don, ofrece alojamiento y ambiente festivo, mientras que Koh Phi Phi Leh, sin alojamientos, es famosa por Maya Bay, escenario de la película “La playa”.
Más allá de su fama, las Phi Phi son un excelente lugar para practicar buceo y snorkel, gracias a su rica biodiversidad marina y a sus coloridos arrecifes de coral. Por otro lado, también se pueden hacer excursiones en longtail boats, las embarcaciones tradicionales tailandesas, hacia lugares como Viking Cave o Monkey Beach.
Krabi

Krabi, en el sur de Tailandia, es otro tesoro costero que combina paisajes espectaculares con un ambiente relajado. Esta isla, conocida por sus imponentes formaciones de piedra caliza y por playas como Railay, solo accesible por barco, haciendo que el paisaje parezca sacado de otro mundo. En este lugar, las cuevas, las rutas de escalada y las aguas cristalinas ofrecen un menú irresistible para los amantes de la naturaleza.
Además de sus playas, Krabi es punto de partida para explorar otras islas cercanas como Koh Hong, Koh Poda o la famosa James Bond Island. De igual manera, también se puede practicar kayak entre manglares, visitar el templo del Tigre o darse un baño en las piscinas naturales de aguas termales del interior. Su diversidad lo convierte en un destino versátil, adecuado tanto para quienes buscan aventura como para quienes prefieren descanso.
Sukhothai

Sukhothai, cuyo nombre significa “amanecer de la felicidad”, es el lugar donde nació el primer reino tailandés independiente en el siglo XIII. Su Parque histórico, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, alberga las ruinas de templos y estatuas budistas que reflejan los inicios del arte y arquitectura tailandeses. Por todo ello, esta ciudad representa un capítulo esencial para comprender la identidad cultural de Tailandia.
El parque está dividido en varias zonas que pueden recorrerse a pie o en bicicleta, siendo la zona central la más visitada, donde destacan el Wat Mahathat, con su Buda gigante, y el Wat Sa Si, ubicado junto a un lago. La posibilidad de pasear entre ruinas, estanques de lotos y árboles centenarios, transmite una sensación de serenidad difícil de encontrar en otros sitios turísticos del país. Eso sí, aunque no es tan popular como Ayutthaya o Chiang Mai, Sukhothai ofrece una experiencia mucho más auténtica y menos saturada.
Chiang Rai

Chiang Rai es una ciudad al norte de Chiang Mai que ha ganado notoriedad gracias al espectacular Templo Blanco una obra moderna y simbólica creada por el artista tailandés Chalermchai Kositpipat. Este templo, de estilo completamente distinto a cualquier otro en el país, representa una fusión entre espiritualidad, crítica social y arte contemporáneo, con una estética blanca y reluciente que impresiona desde el primer vistazo.
Además del templo Blanco, Chiang Rai también alberga otras obras artísticas como el templo Azul y la casa Negra, una especie de museo alternativo que combina elementos tradicionales con toques oscuros. La ciudad en sí es tranquila, adecuada para quienes buscan un entorno más sosegado que el de Chiang Mai, pero con propuestas culturales igualmente sorprendentes. Incluir Chiang Rai en el itinerario, especialmente de la mano de una agencia especializada, garantiza un cierre perfecto para un viaje por Tailandia lleno de contrastes, cultura y asombro visual.