Mataró, situada en el pulmón del Maresme y a solo media hora de Barcelona, es una ciudad que mezcla como ninguna el mar, la historia, la naturaleza y el modernismo. Su ubicación frente al Mediterráneo la convierte en un destino perfecto tanto para escapadas de fin de semana como para visitas de un día. Lejos de la masificación de otras localidades costeras, Mataró ofrece una experiencia tranquila y auténtica, donde cada rincón tiene una historia y cada paseo invita a descubrir su esencia mediterránea. Además, sus alojamientos, tantos en el centro como en localidades cercanas como Cabrera de Mar, Vilassar de Mar o Cabrils, con sus pobles rural Catalunya, dan la oportunidad de degustar poco a poco esta zona barcelonesa.
La ciudad de Mataró sobresale por su patrimonio histórico, especialmente en torno a sus raíces romanas y a su fuerte vínculo con el modernismo catalán. En este lugar se encuentra la primera obra construida por Antoni Gaudí, un detalle que muchos visitantes desconocen. De igual manera, su casco antiguo ofrece calles llenas de magia, plazas y comercios tradicionales que mantienen viva la identidad de la ciudad. Todo esto se mezcla con un ambiente contemporáneo gracias a su puerto deportivo, su gastronomía y sus espacios culturales.
La visita a Mataró y sus alrededores permite disfrutar de playas, museos, mercados, parques naturales y un paseo marítimo que invita a desconectar. En esta guía, vamos a ver varios planes imprescindibles para descubrir a fondo la capital del Maresme.
La basílica de Santa Maria y su casco antiguo

La basílica de Santa María es uno de los grandes símbolos patrimoniales de Mataró y un punto de partida perfecto para comenzar a explorar su centro histórico. De origen medieval y con numerosos elementos góticos y barrocos, este templo destaca por su impresionante Sala de los Dolores, un tesoro del barroco catalán declarada Bien Cultural de Interés Nacional. Su interior está repleto de detalles arquitectónicos que permiten sumergirse de lleno en la espiritualidad que ha acompañado este edificio durante siglos.
Al salir de la basílica, el casco antiguo se despliega en una red de calles laberínticas y plazas que conservan la esencia de la Mataró histórica. A lo largo de este centro histórico hay edificios modernistas, restos romanos subterráneos, pequeños comercios artesanales y cafeterías donde disfrutar de la vida local. El centro histórico también es escenario de numerosas actividades culturales, mercados y festividades tradicionales, especialmente durante el verano y las fiestas mayores.
Villa romana de Torre Llauder
La villa romana de Torre Llauder es uno de los yacimientos arqueológicos más interesantes de la provincia de Barcelona, una parada básica para entender los orígenes de Mataró. Descubierta en 1961, esta antigua residencia aristocrática del siglo I a. C. muestra la riqueza y sofisticación que caracterizaban a las villas romanas del litoral mediterráneo. Sus mosaicos, los restos de los muros y los espacios domésticos permiten imaginar cómo era la vida cotidiana durante la época romana.
El recorrido permite observar diferentes estancias, como los salones, zonas de servicio y espacios dedicados al almacenamiento agrícola. Uno de los elementos más destacados es el conjunto de mosaicos decorativos, que todavía conserva formas geométricas y detalles sorprendentemente bien preservados. La visita está acompañada de explicaciones y paneles informativos que facilitan la comprensión del lugar, convirtiéndola en una experiencia educativa tanto para adultos como para niños.
El Nau Gaudí, la primera obra construida por Antoni Gaudí
El Nau Gaudí es uno de los tesoros más sorprendentes de Mataró, la primera obra construida por Antoni Gaudí. Antes de convertirse en el genio mundialmente reconocido del modernismo, el joven arquitecto diseñó esta nave industrial para la Cooperativa Obrera Mataronense, aplicando conceptos estructurales innovadores que más tarde desarrollarían su estilo. Su diseño destaca por la utilización de arcos parabólicos y soluciones espaciales que, en su momento, rompieron con todo lo conocido.
En la actualidad, el Nau Gaudí funciona como un espacio cultural que alberga exposiciones temporales, eventos artísticos y actividades para todos los públicos. El edificio en sí ya merece la visita, pero su transformación en un centro cultural lo convierte en un lugar aún más atractivo. La mezcla de arquitectura modernista primitiva y arte contemporáneo genera un espacio inspirador que conecta pasado y presente de una manera elegante y sorprendente.
Playas de Mataró

Las playas de Mataró son una de sus grandes atractivos, perfectas para disfrutar del Mediterráneo. La playa del Varador, situada cerca del centro, es una de las más amplias y populares de la zona, pensada para quienes buscan comodidad y buenos. Su arena dorada y sus aguas tranquilas la convierten en un lugar para familias y para quienes quieren pasar el día bajo el sol sin complicaciones.
Más al norte, la playa de Sant Simó ofrece un ambiente más natural. Su extensión permite encontrar espacios incluso en temporada alta, y su proximidad a zonas de vegetación costera crea un entorno más íntimo. Además, es una playa muy frecuentada por aficionados al deporte, que practican paddle surf, natación o running por el paseo marítimo. Por su parte, la zona del puerto y el paseo marítimo dan un toque moderno a la localidad, con bares, restaurantes y terrazas junto al mar.
Parque Forestal y entornos naturales
El Parque Forestal es uno de los grandes pulmones verdes de Mataró y una opción perfecta para quienes disfrutan de la naturaleza y las actividades al aire libre. Este parque, situado en la zona alta de la ciudad, cuenta con múltiples rutas para caminar, correr o montar en bicicleta entre pinos y encinas. Sus senderos están bien señalizados y permiten explorar diferentes zonas según el nivel de intensidad que busque cada visitante, adaptándose a familias, deportistas o quienes desean desconectar.
Uno de los grandes atractivos del Parque Forestal son sus miradores, desde los cuales se obtienen vistas panorámicas de Mataró y del Mediterráneo. En días despejados, la línea del mar se fusiona con el cielo, creando una imagen que invita a algo más que una simple fotografía. Este parque forma parte de un entorno natural más amplio que conecta con otros espacios verdes del Maresme, lo que permite extender la ruta hacia montes y caminos más largos.