Sevilla es una ciudad llena de historia, cultura y que cuenta con una gastronomía excepcional, lo que la convierte en el destino perfecto para una escapada de fin de semana. Su impresionante arquitectura hace que cualquier visita sea una experiencia inolvidable, y, a pesar de contar solo con dos días, se pueden descubrir sus principales atractivos, como la majestuosa catedral, el singular alcázar o el pintoresco barrio de Triana. Sin embargo, planificar bien la estancia es clave para aprovechar al máximo el tiempo y disfrutar de todo lo que la capital andaluza tiene para ofrecer a sus visitantes.
Uno de los aspectos más importantes a la hora de organizar un viaje a Sevilla es la elección del alojamiento. Lugares como el hotel Gravina 51, con una buena oferta hotel boutique en el centro de Sevilla, permite disfrutar de un alojamiento con vistas panorámicas de la ciudad, especialmente al atardecer, cuando los monumentos se iluminan y crean una estampa inolvidable. De esta forma, alojarse en un hotel boutique en el centro de Sevilla es la mejor opción para estar cerca de los principales puntos de interés sin necesidad de largos desplazamientos. La ubicación del hotel influye directamente en la comodidad del viaje y en la facilidad para recorrer la ciudad a pie, y, la posibilidad de contar con desayuno buffet a la carta hotel en Sevilla ayuda aún más a aprovechar la experiencia al máximo.

En esta guía, vamos a proponer un itinerario detallado para disfrutar de un fin de semana en Sevilla. Para ello, exploraremos los lugares imprescindibles que ver el sábado y el domingo, las mejores opciones para comer y diferentes experiencias que no perderse. Además, daremos consejos para elegir un alojamiento cómodo, práctico y con una buena relación calidad-precio.
Elegir el mejor hotel para disfrutar de Sevilla
La elección del alojamiento en Sevilla puede marcar la diferencia en la experiencia del viaje. De esta forma, optar por un hotel con habitaciones con terraza y vistas panorámicas en Sevilla permite disfrutar de una perspectiva privilegiada de la ciudad, contemplando su skyline desde la comodidad de la habitación. Al amanecer y al atardecer, el paisaje sevillano adquiere una belleza especial, convirtiéndose en un espectáculo para los sentidos.
Hospedarse en un hotel boutique en el centro de Sevilla es una buena elección, más aún si se puede disponer de habitaciones para 4 personas en Sevilla, perfectas para familias, como las del hotel Gravina 51. Este tipo de alojamientos ofrecen una experiencia más exclusiva y personalizada, con un diseño cuidado y un servicio atento que hace que los huéspedes se sientan como en casa. Al estar ubicados en el casco histórico, permiten acceder fácilmente a pie a los principales atractivos turísticos, como la catedral, el Real Alcázar o la plaza de España. Asimismo, en caso de viajar con animales, un hotel en Sevilla que admite mascotas es necesario. Sea cual sea la elección, es recomendable reservar con antelación, especialmente en temporada alta. Sevilla es un destino muy demandado, y conseguir un buen alojamiento a última hora puede ser complicado.
Sábado – El corazón histórico de Sevilla

El primer día en Sevilla debe comenzar con una visita al conjunto más emblemático de la ciudad: la catedral y la Giralda. Declarada Patrimonio de la Humanidad, la catedral de Sevilla es la tercera más grande del mundo y alberga la tumba de Cristóbal Colón. De la misma manera, subir a la Giralda, su campanario de origen islámico, ofrece unas vistas espectaculares de la ciudad. A pocos pasos de allí, el Real Alcázar de Sevilla deslumbra con su arquitectura mudéjar, sus patios y sus impresionantes jardines, que han sido escenario de series como Juego de Tronos.
Después de la mañana cultural, es el momento de adentrarse en el pintoresco barrio de Santa Cruz. Este antiguo barrio judío es un laberinto de calles estrechas y plazas, perfectas para pasear y detenerse en alguna terraza a degustar tapas tradicionales. Santa Cruz es el lugar adecuado para descubrir la esencia de Sevilla y disfrutar de su ambiente bohemio. Un paseo sin prisas por sus callejuelas permitirá encontrar rincones mágicos y fotografiar sus patios floridos.

Por la tarde, la mejor opción es dirigirse a la Plaza de España, una de las plazas más singulares de todo el país. Esta plaza, construida para la Exposición Iberoamericana de 1929, destaca por su diseño semicircular, los azulejos decorativos de las distintas provincias españolas y sus puentes sobre el canal, siendo también escenario de sagas como Star Wars. Muy cerca se encuentra el Parque de María Luisa, un remanso de paz con fuentes y amplias zonas verdes. Para terminar el día, nada mejor que asistir a un espectáculo de flamenco en Triana, barrio cuna de este arte, donde la pasión y la emoción se viven en cada nota y zapateo.
Domingo – Paseo por el Guadalquivir y visita a Triana

El segundo día en Sevilla debe comenzar con un paseo por la orilla del río Guadalquivir, un escenario único para disfrutar del ambiente matutino de la ciudad. Un recorrido a pie o en bicicleta por el paseo de Colón permite admirar monumentos como la Torre del Oro y el puente de Triana. Para quienes buscan una experiencia diferente, un paseo en barco por el Guadalquivir ofrece otra perspectiva de Sevilla, permitiendo ver la ciudad desde el agua y conocer su historia desde una perspectiva única.
A media mañana, es momento de cruzar el puente de Triana y adentrarse en uno de los barrios más auténticos de Sevilla. Triana es sinónimo de arte, tradición y cultura flamenca, con calles llenas de ceramistas, tabernas y patios típicos andaluces. Una visita al mercado de Triana es imprescindible para conocer la gastronomía local y degustar productos tradicionales. Además, este barrio es un buen lugar para comprar recuerdos artesanales, como cerámica pintada a mano o abanicos decorados, que reflejan el carácter sevillano.

Para finalizar el fin de semana, una opción interesante es subir al Metropol Parasol, conocido como «Las setas de Sevilla». Esta estructura ofrece una de las mejores vistas panorámicas de la ciudad y es un buen lugar para despedirse de Sevilla con una última fotografía. Desde allí, se puede dar un último paseo por el centro histórico antes de emprender el regreso.