Si estás pensando en viajar a Marruecos, probablemente ya hayas escuchado hablar de Fez, una de las ciudades más tradicionales del país. Este destino es famoso por su ambiente medieval, donde te sentirás como si hubieras retrocedido varios siglos en el tiempo. En este destino cada callejón, cada puerta y cada mercado tienen una historia fascinante que contar, haciendo de tu visita una experiencia verdaderamente enriquecedora.

Además de su valor histórico, Fez destaca por la belleza artística y cultural que se refleja en su arquitectura, sus talleres de artesanía y sus madrasas. Es un lugar que cautiva por sus aromas, sonidos y colores, invitándote a descubrir sus secretos más profundos en cada rincón.

En esta guía recorrerás los rincones más destacados de Fez, entre ellos la fascinante Medina de Fes el-Bali, Bab Boujloud, las tradicionales curtiembres de Chouara, las históricas madrasas Bou Inania y Al-Attarine, el refinado Museo Nejjarine y la entrada del Palacio Real.

Medina de Fez (Fes el-Bali)

Fes el-Bali, la antigua medina de Fez, es sin duda uno de los destinos más fascinantes del país para cualquier viajero. Declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO, esta ciudad antigua es un entramado de más de nueve mil callejones, repletos de talleres artesanales, zocos animados y mezquitas escondidas que surgen entre las esquinas como verdaderas sorpresas.

Asimismo, lo que hace realmente especial a esta medina es la sensación constante de descubrimiento: cada giro revela escenas nuevas, desde plazas escondidas hasta talleres tradicionales. Es imprescindible dedicar al menos medio día a recorrerla sin prisas, permitiéndote observar cómo trabajan los artesanos en oficios como el cobre, la cerámica o los textiles, todo ello envuelto en una atmósfera irrepetible, imposible de encontrar fuera de Marruecos.

Bab Boujloud (Puerta Azul)

Bab Boujloud, más conocida como la Puerta Azul, es la entrada principal a la Medina de Fez y uno de los lugares más fotografiados de la ciudad. Su imponente fachada, decorada con cerámica azul y verde en patrones geométricos intrincados, te da la bienvenida a un mundo lleno de contrastes y emociones sensoriales.

De este modo, al cruzar esta puerta, inmediatamente notarás la transición de la ciudad moderna al bullicio del mercado antiguo, con sus puestos de comida local, tiendas de especias y vendedores ambulantes ofreciendo productos tradicionales. Este punto es ideal para iniciar tu recorrido por la medina; además, sentarse en alguno de los cafés cercanos te permitirá observar, con calma, la vida diaria de los habitantes locales.

Chouara Tannery (curtiembres tradicionales)

Las curtiembres de Chouara ofrecen una experiencia inmersiva en una de las técnicas artesanales más longevas y llamativas del país. Estas curtiembres, activas desde hace más de mil años, están compuestas por numerosas tinas de piedra llenas de tintes naturales donde se trabaja el cuero de manera completamente artesanal. El lugar tiene un impacto visual y olfativo intenso, algo que no experimentarás fácilmente en otros destinos.

De esta forma, desde las terrazas cercanas podrás observar cómo los curtidores se mueven hábilmente entre las piscinas, sumergiendo el cuero en tintes naturales hechos a partir de plantas, minerales y especias. A pesar del fuerte olor, esta visita brinda una visión genuina del trabajo que hay detrás del cuero marroquí que luego verás a la venta en los zocos.

Bou Inania Madrasa

Situada en el corazón de Fez, la madrasa Bou Inania es una verdadera joya del legado meriní, tanto por su valor arquitectónico como cultural. Construida en el siglo XIV, esta escuela coránica impresiona con sus elaborados detalles decorativos, que combinan mosaicos coloridos, yeserías finamente talladas y puertas ornamentadas que muestran la habilidad excepcional de los artesanos marroquíes de aquella época.

No obstante, a diferencia de muchas otras madrasas, Bou Inania todavía permite a los no musulmanes entrar y recorrer sus patios y salas interiores, donde puedes apreciar su impresionante minarete cubierto de azulejos verdes, uno de los más reconocibles de la ciudad.

Al-Attarine Madrasa

La Madrasa Al-Attarine, aunque más pequeña que otras, es posiblemente una de las más bellas y elegantes de Fez. Situada cerca del famoso mercado de especias que le da nombre, esta escuela coránica destaca por su meticulosa decoración interior, donde los azulejos multicolores, la madera tallada y la caligrafía árabe forman patrones geométricos y vegetales de una belleza sorprendente. Su patio central es especialmente fotogénico, con una fuente ornamental en el centro que invita al sosiego.

Lo más llamativo de Al-Attarine es la intimidad y calma que se siente al recorrer sus estancias. Sus detalladas decoraciones, llenas de precisión y elegancia, evidencian una gran devoción por el saber islámico y el arte refinado.

Nejjarine Museum of Wooden Arts and Crafts

El Museo Nejjarine es un espacio dedicado exclusivamente a las artes tradicionales en madera, situado en un edificio histórico cuidadosamente restaurado que antiguamente era una posada para caravanas. Este museo resalta especialmente por la calidad y variedad de objetos exhibidos, como muebles antiguos, instrumentos musicales, puertas talladas y utensilios cotidianos que reflejan la extraordinaria habilidad de los carpinteros marroquíes.

Más allá de sus exposiciones, el Museo Nejjarine deslumbra por su arquitectura: balcones ornamentales, columnas talladas con esmero y un patio central cubierto por una elegante combinación de madera y vidrio. Subiendo a su azotea, disfrutarás de una vista espectacular sobre la medina.

Royal Palace Gate

Aunque no se puede acceder al interior del Palacio Real, su impresionante Puerta Dorada justifica una parada, pues su diseño arquitectónico es verdaderamente majestuoso. Este acceso monumental destaca por sus enormes puertas cubiertas completamente con bronce dorado y rodeadas de azulejos de colores vivos, creando un conjunto visualmente impactante que demuestra la grandeza del poder real en Marruecos.

Además, en la plaza frente a esta puerta, puedes tomar fotografías y admirar los detalles de sus paneles decorativos, especialmente los patrones geométricos y la elaborada caligrafía árabe que adornan la estructura. La iluminación al atardecer realza aún más la riqueza ornamental del lugar.